Miles habrán dedicado su actividad académica a reflexionar y estudiar entre la relación entre conocimiento y arte. Aún así, es un esfuerzo que vale la pena hacer a nivel individual, porque el resultado de tal reflexión nos ayuda a conocernos un poco más.
Personalmente, la experiencia estética -fuera de las pasiones inducidas por la biología (adiós gastronomía, adiós erotismo)- puede acabar reflejando un estado o pensamiento propio. Es un idioma de significado fluctuante (mucho más que el de origen oral), pero que se universaliza mucho más. Así, delante de algunos óleos de Perevalsky, reconozco un gusto por la biología de lo urbano, la obra comunal, de transcurrir histórico de adiciones y reformas de habitaciones, terrazas, puentes, calles, ventanas, balcones y fachadas floreadas. Una experiencia que puede hacer aparecer una reflexión sobre la colmena , la complejidad de la sociedad humana, la herencia perdida que ha supuesto el urbanismo de escuadra y cartabón, la futilidad del urbanismo de inspiración divina e incluso, porqué no, de la involuntariedad de la belleza. Claro que en un día malo tan sólo me da por apreciar lo difícil que es combinar colores...
Y esta claro que el cúmulo de experiencias por las que el observador de la obra de arte hará la digestión serán diferentes a las de cualquier otro espectador y el aprovechamiento de la misma serà de intensidades y direcciones también muy diversas. Pero eso no le quita un ápice de valor como vía de conocimiento. Quizá un conocimiento sin mucha puntería, azaroso. Pero de una naturaleza más íntima y muchas veces más profunda que el conocimiento que se puede extraer de la letra.
A ver si consigo explicarme con un ejemplo: Del disfrute de los espacios medievales -común a mucha gente- poco extraemos, pocas conclusiones. Sencillamente, gustan. La piedra? El laberinto de las calles? La escala humana de los espacios? La luz lejana, siempre vertical? El eco cerrado de los pasos? La ausencia de vehículos? De hecho, qué más da. Pero después de un paseo por esos espacios, tenemos más conciencia seguramente de esos valores, aunque no los razonemos y casi no aparezcan en el plano consciente.
Otro día reflexionaré sobre arte y/o diseño...